sábado, 14 de mayo de 2011

Manuel Molina y Miguel Hernandez

Si persiguió la sombra tus secretos

y fuiste entre las sombras el sustento,

si su noche tembló sobre tu noche

y fue su calavera un nido fértil

un tintero,

si una sustancia asida a la ternura

se fraguó entre su pecho

ya velero

y tu canto de arena contenida,

puede que al fin la luz

se restituya, si tú, si él…

Puede que el hombre aún

sea un sendero,

una astilla de luz

en las tinieblas.

Si tú, si él, ya sois estrella.

Si tú, si él, nunca habéis muerto.

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